Sin más, ella estaba perdida...
Sus sentimientos revueltos...
Y su razón descolocada...
Había vivido experiencias dolorosas, y el enfoque hacia el futuro se distorsionaba. Luces, sombras, arco iris y truenos en un bol de ensalada...
Entonces se disfrazó de otra, alisó sus rizos y se vistió de reina. Todo fue bien, tan bien que tan solo de vez en cuando veía destellos de quién realmente era, y no le perturbaba.
Pero... un buen día, sin previo aviso, el velador disfraz se escabulló y la dejò desnuda... la dejó tan desamparada que con vapor silencioso perdió su mullida y guateada temperatura. Abriò fugaz un ojo y sin prentenderlo, se topò consigo misma.
Y... Allí estaba ella... Sí, era ella!!! Ella sin disfraz, careta ni antifaz!!!
Para su sorpresa estaba notablemente transformada y evolucionada. Algo se había mudado, algo había mutado...
Se percató poco tiempo después de que el disfraz había desteñido, había pintado de color su palidez y engordado su alma con su abrigo.
En su escondite, había conseguido curar y madurar sus cicatrices... los surcos se intuían suaves y su torso no se engibaba.
Sin más, apartarse de sí misma un tiempo, la llevó a conseguir lo inalcanzable, abrillantó su pequeño y decrépito espejo y por fin logró ver una imagen limpia, sosegada y bella... Y por fin, por fin...
Por fin, ERA ELLA!!!!!!!!